Besiiitoos!
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7:30 a.m. El sonido de mi
despertador retumba en mis oídos. Me levanto de un salto y, en vez de tirarlo
al suelo, lo apago. La felicidad me irradia, no sé. Es muy raro en mi
despertarme de buen humor. Pero hoy es diferente, no sé. Me visto con unos
pantalones negros, una camiseta blanca con un corazón y una americana azul
clarito, a juego con mis converse. Levanto a todas animadamente y voy a hacer
el desayuno. Cuando ya estaba terminando, veo a tres zombies entrar en la
cocina.
-¡Buenos días pequeñas marmotas!
-¿Buenos? ¿Qué tienen de buenos
si tienes que madrugar? –dice Silvia.
-Venga va, que ya es viernes.
¡Por fin!
-¿Soy yo o la visita de Blas le
ha afectado demasiado? –dice Gloria.
-Bah… Ala, va, daros vida que
Pilar va a llegar en nada –recogí mi taza en la que antes me había tomado un
colacao y fui al baño. Me aseé, me maquillé un poquito y me puse colonia.
Lista. Cogí las cosas que me hacían falta hoy y a lo que volví en la cocina,
estas seguían “desayunando”.
-Chiquis, os tenéis que arreglar
en cinco minutos –y de repente, vi una avalancha a mi lado saliendo
escopeteadas hacia su habitación para vestirse. Lol. Mientras esperaba, le
mande un wa a Blas dándole los buenos días. En ese momento, sonó el timbre. Era
Pilar.
-Hola Marta, ¿estáis ya?
-Yo sí, estas no lo sé… -me volví
y grité, -¡CHICAS, QUE PILAR YA ESTÁ AQUÍ, SALID YA! –Pilar se reía.
-Gracias por el aviso.
-Nada, no es molestia… -reímos.
Dos minutos después salieron todas y fuimos a la universidad. Las clases
pasaron rápidas, la verdad, aunque mi cabeza estaba en otra parte. En cuanto
acabó la clase, salí rápido de clase. Nada más salir del edificio, noté que me
cogían de la mano y me apoyaban en la pared.
-Vale, hasta que no me escuches
no pienso soltarte –era Hugo.
-Está bien, te escucho.
-Pues verás… no te miento cuando
te digo que te quiero. Es la primera vez que me pasa, de veras, nunca me había
sentido tan vacío sin alguien. Y cuando vi a tu novio, no sé… la rabia me
comía.
-¿Y por qué eres tan chulo?
-Soy así. Y hasta que no te
consiga, no pararé.
-Pues siendo así conmigo no vas a
conseguir nada –si iba acercando poco a poco –Hugo, ¿qué cojones haces?
-Y cuando miro tus labios…
parecen tan irresistibles…
-Vale, suéltame ya Hugo, ya he
oído suficiente –intenté zafarme de él, en vano. Me tenía bien cogida. Cada vez
estaba más cerca. Notaba su respiración. Giré la cabeza, pero me volvió a
encontrar. No podía moverme, ya no sabía que hacer. Hasta que…
-¿Qué cojones haces con mi novia?
–Hugo se separó de my se dio la vuelta. Una lágrima recorrió rápidamente por mi
mejilla. Ahí estaba él, mi salvador, mi chico, Blas. Sonreí aliviada al verle,
pero él estaba enfadado, y lo comprendía.
-¿Me vas a responder o hago yo
que respondas?
-¿Ah, sí? ¿Y si no me da la gana
de responder que me vas a hacer? –mire a Blas preocupada. No quería que se
pelearan, y mucho menos aquí, delante de tanta gente. Me miró y pareció que
comprendió.
-Mira niño, no me tientes, porque
será por ganas… No te vuelvas a acercar a ella. Porque como la hagas hacer algo
que ella no quiera, te vas a arrepentir.
-¿O sino qué, me pegarás?
-O te denunciaré por acoso –sonrió
irónicamente. Me cogió de la mano y me besó apasionadamente delante de este.
Tras aquello, nos fuimos rápidamente de allí.
-Gracias –dije mirándolo. No dijo
nada, simplemente bajó la mirada. Entrelacé mi mano con la suya, no la apartó.
Estaba molesto, y lo entendía. Pero no había sido mi culpa.
-¿Sabes que yo intenté escapar,
verdad?
-Me dijiste que era un simple
compañero.
-Y lo era… hasta que me ha dicho
que estaba por mí y me ha intentado besar. Y por más que intentaba zafarme, no
podía, tiene bastante fuerza. Así que lo siento, pero no te enfades conmigo por
favor.
-No estoy enfadado contigo -dijo suavemente -simplemente no me fio de
ese chico. Y quería darte una sorpresa al ir a recogerte, pero la sorpresa me
la he llevado yo al final… -suspiró.
-Te amo. Jamás haría algo que
pudiese hacerte daño Blas.
-Lo sé mi niña, siento haberme
puesto así. Te quiero –paramos de andar y me dio un dulce beso. Nuestras manos
seguían entrelazadas. Pronto llegamos a un bloque de pisos en el que entramos.
-Blas… ¿Dónde vamos?
-A mi casa. Comeremos con Marina.
No te preocupes por tus amigas, Marina las ha llamado.
-Estáis en todo eh… Cuánto os
quiero, jo –llegamos al tercer piso, donde ellos vivían. Entramos. Olía a
comida.
-¡Hola! –grité.
-¡Martus! –vino corriendo Marina
a abrazarme. Si no llega a estar Blas, nos caemos.
-Cuánta efusividad…
-Bah… ale, a comer, que se enfría
la comida.
-¿No habrás echo pizza, verdad?
-Ala, que buena imagen de chef
mía que tienes, que sé hacer más cosas, os voy a sorprender, veréis –fue a la
cocina y Blas y yo nos sentamos en la mesa, ya puesta. Apareció Marina con tres
platos de espagueti con tomate.
-Sí, me has sorprendido… no es
pizza –dije riéndome.
-Eh… -dice dándome una colleja. –Pues
luego hay croquetas, made by Marinus, a ver si te vas a quedar sin –dijo orgullosa.
Reímos. Comimos animadamente, era imposible estar mal con ellos dos.
[…]
-¿Dónde vas?
-A tu casa. Os dejo solos –nos dio
un beso a cada uno y se fue de la casa con la mochila a cuestas.
-¿A mi casa? –dije sorprendida.
Pero en seguida sonreí. –Así que solos… dije acercándome a Blas lentamente y
besándolo con ternura. Sonrió y me siguió el beso. Me sentó en el sofá.
Acariciaba su espalda dulcemente, haciendo que se estremeciera. Pero su móvil empezó
a sonar. Suspiró y se sentó a mi lado, descolgando.
*Narra Blas*
Cogí el móvil. Sé lo que habría
pasado si lo hubiese ignorado, pero… ya habría tiempo de todo esta noche. El
plan solo acababa de empezar.
-¿Sí?
-Blas tío, soy Dani.
-¡Yoguirín!
-¡Golipollas!
-Cuanto amor… en fin, que estoy
llegando a Madrid.
-¿Pero no venías mañana?
-Sí, pero me confundí. ¿Me vienes
a buscar?
-Vale, va, en veinte minutos
estoy allí. Así te presento a alguien.
-Vale, te espero si eso. ¡Gracias!
-Nada. Hasta ahora –y colgué.
Mire a Marta.
-Era un amigo desde cuando era
pequeño. Que está llegando a Madrid y que si le íbamos a buscar. Me gustaría
que lo conocieras.
-Genial, pues vamos, ¿no?
[…]
*Narra Marta*
Llegamos a la estación. Vi a lo lejos a un chico algo bajito,
rubito venir hacia nosotros. Blas fue a
saludarle. Fue un abrazo bastante bonito. Se les notaba felices después de no
haberse visto en tanto tiempo. Blas se giro y me hizo un gesto para que fuera
hacia ellos.
-Marta, este es Dani, Dani, esta es Marta, mi novia.
--Encantada –dijo sonriendo.
-Igualmente –dijo dándome dos
besos. –Ya sabía yo que cuando me tenías que presentar a alguien tenía que ser
especial… -digo sonriendo. Ya me había caído bien. Fuimos a una cafetería y estuvimos
hablando un rato los tres. La verdad es que no tenía ni idea de que se habían
conocido en un concurso de televisión… De lo que se entera una… Parecían dos críos
pequeños. Como si los años un hubiesen pasado para ellos. Se hacían bromas,
tonterías… como dos hermanos. Me encantaba ver a Blas tan feliz. Y Dani me
había caído genial.
[…]
-Bueno, yo me voy a casa ya.
-Vale, a las ocho paso a
recogerte –me guiña el ojo y sin decir palabra, se va.
[…]
-¿Estabais enteradas de esto
guarras?
-Sip, tienes el vestido en la habitación.
-¿Qué? ¿Cómo?
-Tú póntelo que solo tienes una
hora para arreglarte. Nosotras nos hemos encargado de lo demás.
-Pero…
-Ni peros ni nada, ale, va, ¡vístete!
[…]
-¡Fiu fiu!
-¡Guapísima!
-Tías, ¿a dónde voy yo así?
-A tener la mejor noche de tu
vida.
Meee encanta el capitulo!! Pero como `puede ser tan AGHFT Blas??? odio a Hugo a mas no poder :P Bueno besooos!!
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