*Narra Álvaro*
Subí de desayunar con mi
compañero de habitación. Le había contado todo y me había dicho que se iría a
otra habitación, ya que sobraba una cama; yo se lo agradecí inmensamente. Entramos
y allí estaba Paula, dormida en mi cama. Ayudé a este a recoger sus cosas con
cuidado de no despertarla y se fue, diciéndome que después de comer tocaba
ensayo. Suspiré y me acerqué a ella. Le quité con cuidado un mechón de pelo que
le tapaba la cara. Era muy bonita. Y muy valiente. Aún no sé cómo pudo aguantar
tantos años siendo amenazada y acosada. Suspiro de nuevo. Me dispongo a irme,
pero me coge de la mano impidiéndomelo.
-No te vayas. Me hace bien
tenerte cerca –aún tenía los ojos cerrados.
-Tranquila, no me voy a ninguna
parte –le dije volviendo a acariciar su pelo.
-Gracias –sonrió y abrió los
ojos. Hasta ahora no me había fijado en ellos. Eran oscuros, muy oscuros, en
los que te perdías, parecía que te hipnotizaban. –Mejor voy a darme una ducha,
ahora que puedo hacerlo en buenas condiciones…
-Claro. Por cierto, mi compañero
se ha mudado a otra habitación, para que estuvieses más cómoda –noté como
sonreía antes de entrar al baño y cerrar la puerta tras de sí. –Las toallas
están en el armario de la izquierda –grité.
Cogí el guión de la obra y lo
repasé, no quería hacerlo mal, mañana era nuestra última función aquí y luego
seguiríamos… Pero yo no quería irme. Pf… oí la puerta del baño y salió Paula,
con una toalla liada a su cuerpo nada más, y el pelo mojado, cayéndole por la
espalda. La miré y, tras sonreírme, se quitó la toalla. Yo rápidamente me giré.
-Vamos a ver, Paula, ¿no sería
mejor que hicieras eso en el baño? Cada uno con su intimidad, ¿recuerdas?
-Si no quieres mirar, no mires –se
hizo el silencio. –Aunque en el fondo, lo estás deseando –me dijo al oído. No
quería girarme, sabía que seguía como Dios la trajo al mundo, y no. Pero… su
susurro aún recorría mi cuerpo. Cerré los ojos y me controlé.
-A ver, joder, que no Paula, vístete
ya por favor.
-Ya estoy vestida… -Me giré,
estaba en ropa interior. Rápidamente me volví a girar, ella rió.
-Hablo en serio, va.
-Ais, como si hubieses visto a un
fantasma… Que ya sé que no soy una preciosidad, pero…
-Eres muy guapa, pero no quiero
nada contigo que vaya más allá de la amistad, entiéndeme –ella vino y se puso delante
de mí.
-Pues yo sí –sus ojos se clavaron
en los míos.
-Vamos a comer, nos están
esperando.
[…]
Terminamos el ensayo. No había
dado pie con bola. Pero es que no sé… no estoy. Dijeron de ir de fiesta esta
noche, y no me negué, me vendría bien. Llegué al hotel, me di una ducha rápida
y me vestí. Le dije a Paula que se arreglara un poco que nos íbamos por ahí, y si
llego a saber que podía llegar a vestirse así… no digo nada. Iba preciosa, ese
toque de niña buena que le daba aquel vestido… http://www.polyvore.com/cgi/set?id=106807419&.locale=es
Cenamos y fuimos al sitio que
teníamos más cerca. Había buena música, y no era muy grande. Nos sentamos en
uno de los sofás y pedimos. Paula y yo no hablábamos mucho. Me fije en la gente
que estaba bailado y… la vi. Acababa de salir a bailar con la misma chica de la
estación. Lo hacían muy bien, bailaban muy juntas, provocando a todo el que las
estuviera viendo, me incluyo. Sonreí inconscientemente. Hasta que…
*Narra Marina*
Martus nos pidió a Carlos y a mí
que nos fuéramos adelantando. Tenía “miedo”, era una situación rara. Comenzamos
a andar. Tenía que decirle muchas cosas. Lo paré, cogiéndolo de la mano y
apoyándolo en una pared.
-Vale, a ver, no hagas preguntas.
A mí esto de decir lo que siento nunca se me ha dado muy bien, porque lo he
pasado muy mal y no quiero volver a sufrir, pero eso no significas que tú seas
así, o sea, que puedes serlo pero yo creo que no, porque eres super cookie y
adorable, y claro, pues yo… -suspiro y agacho la cabeza. ¿Por qué tiene que ser
tan difícil? Levanto la cabeza y le miro. Su mirada, intrigada, se clava en mi,
produciéndome un escalofrío. –Pues eso… que… Joder, que yo también te quiero.
Que Marta tiene razón, desde que te fuiste no he vuelto a ser la misma, me
faltaba algo… me faltas tú –Carlos cogió mi cara suavemente y me beso. Un beso
dulce, con ganas, de los dos.
-Te quiero –dijo a milímetros de
mi boca, y lo volví a besar.
Fuimos al restaurante de la mano,
cual pareja, haciendo bromas y riéndonos por todo. Una vez allí saludé a todos
mis amigos, ellos me felicitaban, me tiraban de las orejas, cosa que detesto
profundamente… Yo presenté a Carlos como un amigo, aún no era oficial lo
nuestro. Lo mire e hizo un gesto de aprobación, diciendo que había hecho bien.
Menos mal… Marta y Blas llegaron, por fin, a saber qué habría pasado. Cenamos
tranquilamente, me sentía feliz, tenía a toda la gente a la que quería a mi
lado, y me gustaba, me hacían sentir importante.
Tras la cena, fuimos a una
discoteca. No era muy grande, pero casi que mejor. Marta me sacó a bailar.
-Me tienes que contar por qué
habéis tardado tanto –le digo.
-Ya te contaré, no es muy bueno…
¿Y tú con el rubio? –Esbocé una sonrisilla, me salió sola. –Aquí hay amor… -las
dos reímos.
-No sé tú, pero yo quiero
provocarles –dije mirándolos disimuladamente. Blas y Carlos estaban hablando
mientras nos miraban. Reía para mis adentros. Marta me giño el gesto en señal
de aprobación y comenzamos a bailar muy pegadas, sensualmente. Las caras de
ambos dos eran un poema. Blas no nos quitaba el ojo de encima, mientras se
mordía el labio, y Carlos estaba inquieto, tocándose el pelo una y otra vez.
Estábamos cumpliendo nuestro objetivo. Vi como cuchicheaban los dos mientras
nos miraban, y se acercaban a nosotras.
-Objetivo completado –me dijo, yo
reí. Noté unas manos que me rodeaban la cintura y unos besos en el cuello que
erizaron mi piel. Me giré lentamente y ahí estaba él. Me dio un apasionado
beso, que yo seguí. Esta faceta del rubio no la sabía yo… Pero me gustaba, y es
lo que quería.
*Narra Marta*
Sabía que no tardarían en venir.
Se lo dije a Marina, y ella rió por mi comentario. Blas me cogió y me giró
hacia él, em… devorándome la boca, sí. Le seguí el beso un momento, pero luego
paré. Le cogí del cuello suavemente, acariciándolo, y me acerqué lo más que
pude a él. Comencé a moverme al ritmo de la música, lentamente, rozando su
cuerpo con el mío. Blas me cogió del culo y buscó mi boca. Me acerqué a la suya
y rocé sus labios, sin besarlo. Le di un pequeño mordisco en el cuello y aparté
mi cabeza, soltando una risita al ver la reacción de Blas.
-Estás siendo muy mala…
-¿Ah sí? –dije mientras bajaba
mis manos por su pecho y jugando con el botón superior de su camisa.
-Demasiado –solté otra risilla.
-¿Y sabes lo que les pasa a las niñas malas?
-Sorpréndeme.
-A las niñas malas se les
castiga… Y tu castigo va a ser muy malo… -dijo dándome besos en el cuello.
-Mm… Igual es la niña la que
castiga hoy… -dije giñándole el ojo y separándome de él, yendo hacia donde
había menos gente.
-Las cosas no se dejan sin
terminar pequeña –me dijo al oído. Me mordí el labio y me giré hacia él.
-¿Y quién ha dicho que lo haya
acabado? –le desabroché el primer botón de su camisa y eché mi pelo hacia un
lado. Sé que no aguantaría mucho más. Y no estaba equivocada. Me empotró contra
la pared y me besó con mucha pasión. Pero… este no era el lugar. –No, no, no,
señorito, aquí no… Controla tus deseos, queda mucha noche por delante… -le di
un beso y me escabullí como pude. Empezó a dolerme la cabeza, y salí fuera para
que me diese el aire.
-¿Estás bien con él, no?
Esa voz… me giré y ahí estaba,
apoyando en la pared.
-Sí, estoy muy bien con Blas. No
te había visto…
-Normal… -agachó la cabeza. –Esto…
lo siento Marta.
-¿Por?
-Por el beso que te di, fue un
impulso, no sé…
-Tranquilo, está olvidado.
*Narra Álvaro*
Sentí una punzada en el pecho.
Olvidado…
-¿Álvaro? ¿Estás bien?
-Perfectamente, no te jode…
-¿Perdón?
-Que para mí no fue un simple
beso, que… que yo no lo pienso olvidar. No sé qué me pasa contigo, pero…
-No. No me quieres Álvaro. Es
atracción lo que sientes, nada más. Y yo estoy con Blas, así que haz el favor
de olvidarte de mí.
-No quiero olvidarme de ti Marta.
Por lo menos, déjame ser tu amigo.
-Yo no tengo ningún problema en
ello… Tú dirás.
-¿Amigos?
-Claro –dijo sonriendo. Nos dimos
un abrazo. Y en ese momento vi que, en estos días, ella había tenido razón. Que
sólo había sido atracción lo que sentía por ella. Que de verdad no la quería
como algo más. Que en mi cabeza solo estaba Paula.
-Gracias Marta, en serio.
-Mm… ¿De nada? –soltó una risilla
tras poner una cara rara que me hizo reír.
-Anda, vamos a entrar que te
debes estar quedando helada.
-Hombre, pues ahora que lo dices…
Entramos y ella se fue donde
estaban sus amigos, yo fui donde estaban mis compañeros… y ella. La levanté sin
decir nada y la besé. Al principio se quedó sorprendida pero no tardó en
seguirme el beso.
-¿Y esto? –dijo a centímetros de
mi, con una sonrisa.
-Porque me he dado cuenta de que
te quiero a ti –fue ella la que me beso esta vez. Pasamos la noche entre risas,
bailes y besos. Gracias a Marta, me había dado cuenta de a quién quería de
verdad, de que, a veces, sin pensarlo, el amor está mucho más cerca de lo que
te imaginas. Solo tienes que saber buscarlo. Porque tarde o temprano, lo acabas
encontrando.
Meeee encanta :) sube el siguiente capitulo pronto :) Ya mismo las vacaciones de navidad!! aleluya ojala que escribas mas a diario en las vacaciones!! un beso :)
ResponderEliminarAiis, muchas gracias! Pues espero poder cap mas a diario, pero todo depende del tiempo y la inspiración que tenga :3
EliminarGracias por leer, un besito!
Me encantaaaaa!!!!!! Me puedes decir tu twitter?? sq x qui no lo llevo muy bn xq la tengo guarda en fav en el movil y no me acuerdo de donde cogi el link y para hacer los comentarios desde el movil no me aclaro muy bn con lo del nombre y tal
ResponderEliminarGraciaas :)
jajaa no problema, mi twitter es @martaa_love , si quieres dime el tuyo y te aviso cuando suba capi :)
Eliminargracias por leer de verdad, un besito!