Estoy en el mismo sitio donde
todos los días. Hoy sí que está Marina. Ayer me dijo que estaba malita con la
garganta, pero hoy ya está mejor. Además está deseando conocer a Blas. Estábamos
hablando cuándo alguien me da unos golpecitos en el hombro. Me giro y es él.
-Hola amigo –le digo sonriéndole.
Luego miro a Marina –este es Blas.
-Hola –dice ella con una sonrisa.
-Hola –responde él. -¿qué
estabais haciendo?
-Estábamos hablando de lo que
queremos ser de mayores.
-¡Ala, que guay!
-Sí –dice Marina –yo quiero ser
profesora, porque tienes muchas vacaciones.
-Pues yo quiero ser cantante –dice
Blas bajando la mirada.
-¿Ah sí? –digo muy sorprendida.
-Sí, pero es imposible.
-No hay nada imposible, seguro
que lo consigues.
-Ojalá sea verdad… ¿Y tú qué
quieres ser?
-Pues todavía no lo sé… me
gustaría ser periodista, y preguntar a los famosos y viajar mucho. Anda, mira,
cuando seas cantante y yo periodista te podría entrevistar.
-Seria guay.
-Y Marina se cogería fiesta,
porque como en el cole tenemos muchas fiestas, pues se las cogería e iríamos a
verte cantar.
-Sí, y así luego yo lo enseñaría
en clase –dice Marina asintiendo.
-¡Sí! Que guay, jaja –digo yo muy
feliz. Ahora tenía dos amigos con los que hablar.
Estuvimos toda la tarde allí los
tres, hasta que nos vinieron a recoger. Llegue a casa y me duche.
-Marta, cariño, tenemos que
hablar contigo.
-¿Qué pasa mami?
-Pues verás, ya sabes que te
dijimos que nos tendríamos que ir por el trabajo de papá –me dice mi padre. –Pues
veras, nos vamos el domingo a Zaragoza.
-¿De vacaciones?
-No cielo, para vivir allí.
-¿Pero Marina y Blas se pueden
venir también, no?
-Me temo que no cariño…
-Pero son mis amigos…
-Lo sé, y si quieres los podremos
llamar y hablar con ellos, pero allí harás nuevos amigos. No te pongas triste.
-Jo…
-Mañana es viernes, aprovecha
para estar con ellos y despedirte, ¿vale?
-Vale…
-Venga, y ahora a la camita, que
mañana hay que ir al cole y tienes que despedirte de tus compañeros –me dice mi
madre con una sonrisa. Yo asiento y me voy a la cama sin decir ni mu. No quiero
separarme de Marina y Blas, además, creo que Blas me gusta…
Al día siguiente me levanto un
poco triste, me visto con la ropa que me había preparado mi madre y me lleva al
cole. El día pasa rápido, me despido de todos, aunque no creo que me vallan a
echar de menos, y salgo de aquel colegio de la mano de mi madre. Corro hacia
nuestro rincón del parque y Blas y Marina ya están allí.
-Hola –digo triste.
-¿Qué te pasa Martus?
-El domingo me voy a vivir a
Zaragoza y no quiero separarme de vosotros.
-Jo… no quiero que te vayas…
-Yo tampoco quiero irme si no
venís vosotros, pero bueno…
Blas no dice nada. Está sentado,
y veo que está empezando a llorar.
-Blas, no llores… seguro que nos
vemos muy pronto. Recuerda que te tendré que entrevistar cuando seas cantante –esboza
una pequeña sonrisa.
-Pero es que no quiero que te vayas…
-me abraza.
-Hablare con los dos todos los
días, o los que pueda.
-Jo, Martus… ahora las tardes
serán muy aburridas sin ti… -me dice Marina abrazándome también. –Además me
tengo que ir ya, que vienen mis tíos a cenar…
-No pasa nada, mañana pasaré por
tu casa a despedirme.
-Vale. Te quiero Martus –dice mientras
nos abrazábamos otra vez. Tras esto, se fue, y nos quedamos Blas y yo solos.
-Marta, tengo que decirte una
cosa…
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