sábado, 28 de diciembre de 2013

"My own dreams" Capítulo 24


Holii! Bueno, últimamente no es que esté muy inspirada, así que el capi puede que sea un poco soso, no sé, ya me diréis. Me gustaría que me dejaseis algún comentario, o me dijeseis si me leeis o no, porque las visitas suben, pero no sé realmente quién me lee, a quien le gusta, lo que pensáis... Animaros y escribidme diciéndome algo, dándome vuestra opinión... lo que queráis. Ah, puede que haga dos temporadas de la nove. Si esto fuera sí, esta está a punto de terminar, por lo que dentro de poco igual hago otro cuestionario para que respondáis :)
Otra cosi... estoy alucinando, o sea, que ya tengo más de 9000 visitas, y estoy como ljwlferipq no me lo creo, así que mil gracias!
Mucha gente me pedís salir en la historia... yo intento meter personajes, pero tienen que tener un sentido en el relato, así que no sé como lo puedo hacer...  no prometo nada, yo lo intento, pero no creo que pueda meter a todos, lo siento :3

Una última cosa, me gustaría que calificaseis este fanfict con una nota, del 1 al 10, como si de una asignatura se tratase. Así veo si os está gustando o no, y poner un numerito no cuenta nada;)

Bueno, nada más. Espero que os guste. Luv ya!

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Siempre he odiado las despedidas. No puedo con ellas, es algo que… no sé. Me deprimen. Es algo que no quiero que ocurra. Sin embargo, son inevitables. Ayer,  Álvaro, anoche Carlos tuvo que irse por temas familiares. Por lo menos está cerca de ellos, y puede ver a Marina más a menudo. Y hoy, yo. Ahí me encuentro, en la estación, con mi maleta, y las dos personas a las que más quiero llorando delante de mí por mi partida. La alegría que da llegar y la tristeza que sientes al tener que despedirte… Me parte el alma verlos así.

-Pero no lloréis cacho bobos. Esto no es un “adiós”, es un “hasta pronto”. A la siguiente os venís vosotros. Aunque tendríais que veniros a Madrid, que voy a estar estudiando ahí –Marina viene corriendo a abrazarme. Ahí es cuando me derrumbo, y echo a llorar yo también. Cierro los ojos y la abrazo fuerte, muy fuerte. Un abrazo infinito, de cariño.

-Te prometo que iré a Madrid a verte.

-Y yo a Murcia a veros en cuanto me den vacaciones.

-Te quiero muchísimo Martus.

-Y yo a ti capulla –nos separamos y miro a Blas. Intenta reprimir las lágrimas, pero no puede. Y juro que en ese momento me dieron ganas de romper el billete y quedarme con ellos. Voy corriendo y le abrazo, con tal efusividad que casi lo tiro al suelo. Me abraza fuerte, sin dejarme ir.

-Nos veremos muy pronto, ¿vale?

-No puedo estar sin ti Marta, te necesito.

-Y yo a ti, joder… Recuerda por favor que te amo, y que la distancia solo separa personas, pero no corazones. El mío te pertenece. Siempre va a ser así.

-¿Por qué eres tan perfecta?

-Aprendo del mejor –digo giñándole un ojo. Los dos esbozamos una sonrisilla, y volvemos a abrazarnos. Los echaré tanto de menos… Oigo el aviso de mi tren. Debo irme. Me separo despacio de él y le doy un dulce beso. Un beso con sabor a despedida. Tras susurrar un “te amo”, doy media vuelta y, cogiendo mi maleta, entro en el andén. No me giro. Sé que me partiría el alma. Y no quería irme con un mal sabor de boca. Me siento en mi asiento asignado y me pongo los cascos. Sonrío al recordar el viaje de ida. Esta vez, me he cogido yo unos cascos en Murcia. En este viaje, no tengo a nadie a mi lado. Mejor. Subo el volumen de mi música, y, sin darme cuenta, me quedo dormida en aquel vagón, sin ser consciente de que, cuando me despierte, estaré en mi casa, de nuevo.

 

*Narra Marina*

No tengo ganas de nada. Se ha ido ya. Ahora mi casa estará muy vacía sin ella, sin su risa, sin sus locuras. Y él también se había ido. Pf… Tras ver a Marta meterse en el vagón, me abrazo fuerte a Blas. Los dos lloramos, se le va a echas muchísimo de menos. Decidimos ir a dar una vuelta para despejarnos. Blas está demasiado apagado. Sé que la quiere mucho. Y es difícil separarse de la persona a la que quieres, lo sé por experiencia. Los dos estamos exactamente igual. Al menos, nos tenemos el uno al otro. Algo es más que nada.

-Va Blas, hay que animarse. A ella no le gustaría vernos tristes. Seguro que la vemos dentro de muy poquito.

-Eso quiero pensar… pero es que ya la echo de menos Marina…

-Yo estoy igual que tu Blas. Carlos tampoco está aquí. Y sé que es difícil, pero hay que estar bien, porque es lo que ellos querrían.

-Tienes razón, lo siento… es que…

-Eh, tranquilo –le abrazo, sé que lo necesita.

-¿Y si me voy yo también a Madrid?

-¿Qué? –esa pregunta me cogió un poco desprevenida.

-Sí. No tengo nada que perder, excepto dinero… -suelta una especie de risilla.

-Pero… tienes a tu familia aquí… a amigos…

-Allí también tengo amigos. Recuerda que de pequeño estuve en algún concurso televisivo. Puede ser una oportunidad también para mí. Para luchar por mí sueño. Y podría venir aquí de vez en cuando.

-¿Y me dejas a mí aquí?

-Vente tú también. Piénsalo, sería todo mejor. Todo ventajas. Bueno, todo no, pero… ¿Por qué no?

-Es una locura Blas… ¿Estás seguro?

-No. Pero siempre es bueno cometer locuras de vez en cuando. Habría que ver pisos a buen precio, y podríamos compartirlo hasta nuevo aviso. Así sería más fácil. ¿Qué me dices?

-Que me has convencido, y esto no es nada bueno –se ríe y me abraza. Es algo precipitado, pero tiene razón. ¿Por qué no? Todo sería más fácil. Y allí hay más universidades, y mejores para estudiar magisterio. Más oportunidades. Y estaríamos cerca de Martus. Blas está loco, pero sabe lo que hace.

-Vale, esta tarde quedamos y miramos todo. Tú díselo a tus padres, yo se lo diré a los míos.

-Vale, hasta luego.

 

*Narra Marta*

Zaragoza. Abro los ojos lentamente y contemplo el paisaje, que pronto tapan los muros de la estación. Ya he llegado. Bajo del tren y ahí están mis padres, que me abrazan fuertemente. Las típicas preguntas de “Qué tal el viaje” o “Cómo lo has pasado” no faltan. Vamos a casa. Y la sorpresa que me lleve fue grande: ahí estaban mis amigas, las locas estas. Estaban todas: Gloria, Angy, Vero, Andrea, Aurora… Pronto me veo envuelta en abrazos y besos. Decidimos ir a dar una vuelta, así les contaba todo con más tranquilidad.

-Venga va, cuenta todo –dice Angy muy emocionada.

-Pues a ver… Estoy con Blas –todas se ponen como locas. Ah, no, que ya lo son. Yo con novio… quién lo iba a decir…

-¿Pero ha habido tema? –dice Vero. Me sonrojo rápidamente. Me da mucha vergüenza hablar de eso…

-Pues… sí… -su reacción es muy graciosa.

-Bueno, que ya se me hace mayor, madre –me dice Andrea cogiéndome de los mofletes cual niña pequeña.

-Eh, pero que hay más cosas que contar… ¿me dejáis?

-Claro, va, ya tardas –Aurora, tan impaciente. Si no, no sería ella. Les cuento todo lo que me había pasado en el viaje, desde cómo conocí a Carlos, pasando por los momentos con Marina, con Blas, los encuentros con Álvaro, la despedida…

-G U A U –Gloria es la única que dice algo. Supongo que se habrán quedado sin palabras.

-Muy fuerte… -Vero es la segunda en hablar. Y luego empiezan a hablar todas a la vez, y no me aclaro, por lo que me entra un ataque de risa así en medio de la calle… Pasamos la tarde juntas, y poco a poco se fueron yendo, despidiéndose de mí y de Gloria. A saber cuando las volvería a ver. Las echaré de menos. Volví a casa tranquilamente. La cena fue tranquila, les conté que tal el viaje sin dar muchos detalles, y evitando decir que estoy con Blas… Me fui pronto a la cama. Y pensar que mañana me iba a Madrid… Que por cierto, no tenía ni idea de lo que tenía que hacer, que llevar… Me levanto de nuevo y voy al salón. Están mis padres viendo la tele, me siento con ellos.

-¿Tú no tienes que descansar?

-Sí, pero no sé qué hacer mañana, que llevarme…

-Es verdad, no te hemos dado la carta –dice mi madre levantándose y sacando de uno de los cajones de la mesita central una carta. –Toma, léela, aquí tienes toda la información.

Leo la carta con atención. Me da la información de las clases, dónde está la universidad, dónde me voy a alojar, lo que tengo que llevar… la verdad es que es una gran beca. Al principio, me alojo en un local de pisos donde cobijan a todos los estudiantes que tienen una beca, y dice que, pasados un par de meses, puedes comprarte tú un piso. Suena genial. La verdad es que no me va a faltar de nada, y en las primeras semanas, tenemos a un monitor guía para llevarnos del edificio a la uni, y para enseñarnos un poco la ciudad. Tras leerlo, les doy las buenas noches a mis padres y les mando un mensaje a Blas y a Marina. Y, ahora sí, me quedo dormida.

[…]

Unos gritos me despiertan. Suena música, no distingo cual. Tengo mucho sueño. Noto que me zarandean, y abro los ojos poco a poco. Me encuentro a Gloria encima de mí. Me incorporo cómo puedo.

-Venga, levanta ya bella durmiente, ¡que nos vamos a Madrid!

-Nos vamos por la tarde, relájate…

-Error, el tren sale a las cuatro, así que venga, prepárate.

-¡¿Qué?!

-Eso, venga, yo te ayudo –me levanto rápidamente y saco un par de maletas. Comienzo a meter ropa de todo tipo: pantalones largos, shorts, camisetas de manga corta, de tirantes, blusas, chaquetas, algún vestido… Y los zapatos. Que más que zapatos son zapatillas, no me gustan los tacones, aunque me meto un par por si acaso. Ropa interior, el neceser… todo listo. Me doy una ducha rápida y me visto con esto  http://www.polyvore.com/go_to_madrid/set?id=108424158 . Me miro al espejo y suspiro. Pienso en todo lo que me ha pasado en tan poco tiempo. Es increíble la de giros que puede dar la vida. En fin… Bajo a comer con mis padres y con Gloria. Parece que esta chica no tiene casa… menos mal que es una de mis mejores amigas, pero vamos, es pa’ darle. Terminamos de comer y Glo, se va a por sus maletas, hemos quedado a las tres y media en la estación.

-Bueno… ya sabéis que no me gustan las despedidas, así que intentemos hacerlo rápido –les digo agachando la cabeza.

-Ais… quién nos iba a decir que acabarías en Madrid estudiando lo que siempre has querido…

-Ya ves mamá… bueno, ¿vamos a la estación?

-Vamos.

[…]

-Te echaremos de menos hija.

-Y yo a vosotros, jo –digo abrazándolos fuertemente. –Vendré a visitaros en cuanto pueda.

-Tú tranquila… disfruta, aprende, y mantennos informados –me dice mi madre.

-Lo haré. Os quiero –y, tras darles un último abrazo, Gloria y yo entramos al vagón con destino a otra ciudad. Un viaje que nos cambiaría la vida, en varios sentidos. Pero eso, nosotras, aún no lo sabíamos.

11 comentarios:

  1. Esta muy guay, me encanta y no es soso, tranquila; le doy un... 9 jaj :)

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  2. aisss mi siamesaaaa que me has emocionado en la despedidaaa, haber haber a mi me encanta la nnovela ya lo sabes y bueno yo me dejo de tonterias porque para mi tiene un 10 y ya si eso en lo que no me guste te lo dire mi niña pero por ahora me encanta , y bueno que aprovecho el comentario para que toda la que lo leaaa leaaaa que TE QUIERO MUCHISIMO SIAMESAAAA!! venga todos a leer la nove de mi siamesaa

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    1. ajajajajajaj teee como enserio, gracias siamesa miaa!! Teeequieruu!

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  3. Pues a mi este capítulo me ha encantado, omfg, ya estoy deseando saber que pasará en el siguiente.

    ¡Me encanta tú novela! Sigue así c:

    ¡Besiiiis! MiriSombrerita.

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    1. lsjfeoedpoferop`s te como! Jajaja muchas gracias mirii! Y gracias por leerme :'') Luv ya!

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    2. ¿Gracias? Gracias a ti por tener una novela taaaan asdfghjklñ. c:

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  4. Holaa, bueno me encaanta tu novela :) Me tienes enganchada!! yo le doy un 10, es que me encanta, y este capitulo no ha sido nada soso como dices tu, escribes super bien :) Bueno un besazo y sube pronto el siguiente capitulo :)

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    1. Aw, muchísimas gracias! jajaa prontito subiré el siguiente, I hope:3 Gracias, jo :'') Besiiiss!!

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