9 a.m. Suena el despertador.
Comienza un nuevo día. Me pongo mis leggins pirata negros y una camiseta de
tirantes ajustada gris y me hago una coleta alta. Me calzo las deportivas, cojo
mi ipod mini y salgo a correr. Necesito desfogarme. No sé ni a dónde voy, lo
único que quiero es perderme por las calles de Murcia. Tras estar corriendo una
hora, voy hacia el parque donde se supone que se encuentra esa persona tan
misteriosa que me mando ayer el mensaje. Estoy bastante asustada, la verdad. Me
quedo de pie debajo de un árbol y apago el idod. De repente, alguien me coge de
la mano y me lleva hasta un callejón, empotrándome contra una pared. Pude ver a
un chico bastante alto, muy guapo, con unos ojos verdes que se clavaban en los
míos como si de cuchillos se trataran. Apoyó sus dos manos en la pared en la
que yo estaba, quedándome en el centro.
-Eres mucho más bonita de cerca
–me dijo con una voz bastante sexy.
-Quién coño eres y qué quieres de
mi –dije cortándole el royo, muy segura de mí misma.
-Valla, me has salido peleona y
todo... –dijo con una sonrisa perfecta.
-Desembucha, no tengo toda la
mañana.
-Yo creo que sí la vas a tener.
-Porque tu lo digas, lo llevas
claro chaval –dije intentando escabullirme, cosa que él impidió.
-No quiero nada de ti –digo
bajando la mirada y tocándose la nuca,
-te quiero a ti –otra vez sus ojos sobre los míos.
-¿Pero cómo me puedes querer si
ni siquiera sé quién eres?
-No creía en el amor a primera
vista hasta que llegaste tú.
-Pero… ¿y cómo sabes que estoy
con Blas? ¿Y cómo has conseguido mi número?
-Porque lo sé, uno tiene sus
contactos, aunque no sea de aquí. Y sé que él no te conviene, es un traidor y
vas a sufrir.
-Claaaro, y es mejor para mí
alguien que me quiere violar, ¿no? El amor es sufrir, tienes que aprender a
convivir con ello. Y si piensas que nos vas a separar lo llevas claro. He
esperado diez años para estar con él. Diez putos años. Y ahora que por fin
estamos juntos no voy a dejar que nadie nos separe, ¿capicci?
-Se te ve muy segura de lo que
dices… -dice soltando una lágrima. ¿Por qué llora? Que soy muy sensible, joder…
-está bien, lo siento mucho. No te volveré a molestar. No pienso entrometerme
en una relación, se os ve muy enamorados.
-Lo estamos… Pero espera –dije
antes de que se fuera. -¿Quién eres? Estoy muy perdida, esto… me ha dejado en
shock.
Esboza una leve sonrisa y se
sienta apoyándose en la pared. Yo le imito y me siento a su lado esperando a
que empiece a hablar.
-Soy Álvaro –dice al fin. –No soy
de aquí, soy de Alcalá de Henares, en Madrid. Estoy aquí porque soy uno de los
actores del musical de “Los Miserables”, y esta semana actuamos aquí. Llegue en
tren a la misma hora que tú, un poquito antes, para ser exactos. Estaba en la
cafetería con un par de compañeros cuando te vi
saludando a tu amiga. No sé, fue como… algo se removió dentro de mí.
Luego os caísteis –se ríe.
-Qué vergüenza que hayas visto
eso… -digo sonrojándome.
-Y luego te vi con Blas y… no sé…
casi os besáis y… se me paró el corazón. Lo peor es que no sé por qué me pasa
esto… A partir de ese momento has estado siempre en mi cabeza –me dice
mirándome. –Siento haber intentado confundirte, no conozco a tu novio,
simplemente me he enterado de quién es, nada más. Lo siento por… todo –dice dando
un suspiro. Realmente parecía avergonzado.
-No pasa nada –digo dedicándole
una sonrisa. –Pero esto parece sacado de una peli, ¿no crees? No creo que te
hayas enamorado de mí. Simplemente te atraeré, por lo que sea, pero solo será
eso, atracción. Mira, hagamos una cosa –me mira para que siga hablando. –Me has
caído bien, y sé que en el fondo eres buen chico. Así que –digo levantándome;
él hace lo mismo –si quieres podemos seguir hablando, no sé, como amigos. No
quiero confundirte, yo amo a Blas, pero no sé… si quieres…
-Sí, claro.
-Bien, pues… me voy yendo. Marina
se estará preocupando por mí y… -le digo sonriendo y bajando la mirada. ¿Por
qué me intimida tanto?
-Vale, ya hablaremos. Espero
volver a verte.
-Sí claro –le digo. No sabía si
darle dos besos o no, pero me gire para irme. Álvaro me volvió a girar hacia él
y me beso. No sé por qué, pero le seguí el beso. Dios, besaba tan bien… ¿Pero
qué coño estás haciendo Marta? Me separé de él rápidamente al ser consciente de
lo que estaba haciendo.
-Esto… no está bien, yo no… Dios…
-Yo… -intento decirme, pero le
callé.
-Ya hablaremos –le dije, y salí
corriendo quién sabe dónde. No me podía creer lo que acababa de ocurrir. ¿En
serio me había besado? Joder… Una lágrima recorría mi mejilla. Y a esta le
acompañaron otras muchas. El sentimiento de culpabilidad me suprimía el pecho.
¿Cómo he podido hacerle esto al hombre al que amaba? ¿Y por qué me ha gustado
el beso? No sé cómo pero acabé en casa de Blas. Necesitaba besarlo, escucharlo,
saber que me quería. Me sequé las lágrimas y llamé a la puerta. Él me abrió, debía
estar solo. Me abalancé encima suyo y lo besé como si el mundo se fuera a
terminar ahí mismo. Tenía que confiar en él y darle razones para que él confíe
en mí.
-¿Y esta efusividad?
-¿No te gusta?
-No –le miré -me encanta –dijo mientras
me volvía a besar. Efectivamente estaba solo.
-Blas yo… te amo, ¿lo sabías?
-Es la primera vez que me lo dices.
-¿A sí? ¿Y tú me quieres?
-Más que a nada en el mundo.
Sonreí y le volví a besar. No era
más cookie porque no se entrenaba, assosafjgl. Suspiré y no sé de dónde saqué
el valor pero le conté lo que me había sucedido. Sé que se iba a molestar, pero
necesitaba que confiara en mí, y esta es una forma de demostrárselo. Prefiero
que se entere por mí que no por otras personas, aunque en aquel callejón no
hubiese nadie.
-¡Pero estás loca! Podría haber
sido un asesino, o un violador, o, o… o algo peor y dios, si te pierdo yo…
-suspira y me mira –si te pierdo yo me muero Marta.
-Ei, pero no ha sido así. Estoy
aquí, sana y salva –le sonreí. –No te preocupes que no me va a pasar nada malo.
Además resultó que el chico era majo.
-Sí, pero te besó.
-Pero no fue nada porque me fui
corriendo. Blas, yo te quiero a ti, y nada ni nadie va a separarme de ti ahora
que te tengo. Te he esperado diez años. Yo creo que es suficiente, ¿no?
No hubo respuesta, simplemente me
besó. Despacio y suavemente, saboreando nuestros labios. Le cogí del cuello,
acariciándole el pelo, y se subió encima de mí. Mi temperatura corporal estaba
subiendo demasiado. Empecé a darle besos por el cuello, sabía que le excitaban
más. No sé cómo lo hice pero me coloqué yo encima de él y le quité la camiseta.
Nuestros labios solo se separaban para coger aire. Él metió sus manos por
dentro de mi camiseta, que por cierto, estaba sudada de correr, pero eso es lo
que menos importaba ahora. Me acarició la espalda y jugueteó con mi sujetador.
Iba a quitarme la camiseta cuando…
Abrieron la puerta.
-¡Hijo, ya estoy en casa!
-¡Mierda! –dijo poniéndose
rápidamente la camiseta. Di un saltito y me coloqué a su lado en el sofá,
mientras abrochaba mi sujetador.
-…Y bueno, hemos pensado Marina y
yo en que después de cenar podríamos ir a dar una vuelta, ¿te parece? –le guiñé
el ojo. Blas pilló la indirecta y me siguió el royo.
-Sí, estaría bien.
-Hijo, ya he dicho que he
llegado, podrías decir al menos que estás vivo –dice su madre entrando en el
salón. –Ah, hola guapa, yo soy Maria Jesús –me dice mirándome. ¿Tú eres?
-Hola. Yo soy Marta –dije sonrojándome.
-¿Marta? ¿Tú eres la famosa
Marta?
-Sí mamá, es ella. Ha venido de
Zaragoza a Murcia esta semana, ya que es el cumpleaños de Marina y quería
acompañarla el día que se hiciese adulta.
-¡Ay mi vida, pero cuanto tiempo!
–sonreí al ver su reacción. -¿No me vas a dar dos besos ni nada?
-Si puedo darte un abrazo también…
-¡Claro! –me dijo, y fui hacia
ella. Le di un abrazo y dos besos y volví al lado de Blas.
-Bueno Maria Jesús, me ha
encantado volver a verte, pero me tengo que ir ya a casa de Marina, se debe
estar preguntando donde estoy y no quiero que se preocupe.
-No pasa nada. Madre mía, que
guapa que estas… no me puedo creer que estés aquí… ¿qué tal los papis?
-Muy bien la verdad, allí siguen –digo
sonriendo. Blas contempla la situación desesperado. Me encanta.
-Bueno, no te entretengo más, que
si me pongo a hablar ¡no callo!
-No hace falta que lo jures…
-dice Blas por lo bajo, aunque lo escuchamos las dos.
-Oye –digo mirándole y
golpeándole suavemente el hombro –que tu madre es muy maja, déjala. Si yo
también cuando empiezo a hablar no callo… -digo soltando una pequeña carcajada.
-Eso, aprende de tu novia, que
ella sí que me quiere.
Espera… ¿A dicho su novia? ¿Hola?
Ai, no puedo con mi laif.
-¿Mi novia? –dice Blas un tanto
sorprendido por la reacción de su madre, que sigue tan tranquila.
-Claro, si se nota a kilómetros.
Que más sabe el diablo por viejo que por diablo, que a mí no me engañáis. Sé
que estáis juntos… -dice yéndose hacia la cocina. –Ah, por mí no os cortéis ¿eh?
–yo reí a carcajada limpia y Blas se quedó en shock. No se esperaba para nada
aquello de su madre.
-Vamos cielo, si es muy maja –le digo
dándole un beso.
-Sí bueno… -me dice devolviéndomelo.
–Esta noche no hagas planes, que te voy a raptar.
-Mm… suena bien… -le digo
cogiéndolo del cuello y besándolo de nuevo. Esta noche iba a ser su “prisionera”
por así decirlo. ¿Qué estará rondando por su cabeza?
***************
Bueeeno, puesto a que me pedisteis que alargara los capis... este lo he hecho más largo para agradeceros el aguantarme cada día :) QUE SUPERO LAS 100 VISITICAS EN CASI TODOS LOS CAPIS! Me emosssiono :'''')
Espero que os haya gustado! Comentad y bla bla bla. Os quiero!
No hay comentarios:
Publicar un comentario