*Narra Blas*
No paraba de sonreír. Llevaba
desde que había salido de casa de Marina con una sonrisa tonta en la cara. El
amor… Suspiro. Pienso en ella, en sus labios, en su pelo, en sus susurros… Si
esta mujer sigue haciéndome esto perderé mi autocontrol. Llego a casa y me
tumbo directamente en la cama. El beso de buenas noches… Que chica. Me toco los
labios y sonrío. No tardo en quedarme dormido. ¿Adivináis con quién soñé?
*Narra Marta*
Estuvimos hablando Marina y yo
sobre todo lo que había pasado. Yo sonreía cada vez que recordaba todo esto. En
seguida me quedé dormida. La verdad es que había sido un día muy ajetreado…
Soñé con Blas. Con sus besos. Con sus caricias. Con él. Le amaba. Mucho.
*Narra Marina*
Marta me contó todo lo que había
pasado. Me alegraba tantísimo por ellos… no podía estar más feliz. Mis dos
mejores amigos juntos. Qué bonito es al amor. Y pensar que hace unos días ese
amor era casi platónico… No me esperaba para nada que Marta viniese hoy, pero
me alegro tantísimo de que esté aquí… La necesitaba. Y Blas también. Decidimos
entre las dos que Marta dormiría en mi cuarto en la otra cama. Ella se quedó
dormida rápidamente. Normal, tendrá que estar cansada del viaje y todo eso…
Pero yo no consigo dormirme. En parte por la siesta que me he echado durante la
peli, y por otra parte porque estaba nerviosa, no sé. Salgo a la terraza y me
apoyo en la barandilla. De repente suena el teléfono de Marta. No quiero que se
despierte, por lo que lo cojo yo.
-¿Sí?
-Hola. ¿Tú no eres Marta, no?
-No, soy su amiga. ¿Tú quién
eres?
-Alguien… -ríe. -¿Me la puedes pasar
por favor?
-Está durmiendo.
-¡Venga ya! Va, pásamela.
-Joder, te estoy diciendo que
está durmiendo, por eso he cogido el teléfono yo. Ya le diré que has llamado…
-me quedo callada para que me diga el nombre.
-Carlos. ¿Tú eres?
-¿Y a ti que te importa? -le dije
seca. Me estaba mosqueando un poquito el tal Carlos…
-Yo te he dicho mi nombre, ahora
me dices tú el tuyo. Así estamos iguales.
-¿Y que más te da? En serio, eres
insoportable…
-Y si soy tan insoportable, ¿por
qué no me cuelgas?
Es verdad. ¿Por qué no le cuelgo?
¿Qué hago yo hablando con este pavo? Tenía la voz bonita… ¿Marina? Og… me
estreso.
-Pues… yo que sé. Adiós –colgué.
Negué con la cabeza. ¿Por qué llamaba ese tal Carlos a Marta? ¿Qué no me había
contado? Uf, no sé. Pero me ha entrado el sueño. Me tumbé en mi cama y no tardé
en quedarme dormida. Mañana será otro día.
*Narra Marta*
Noto suaves besos por mi cara.
Unos rayos de luz entran por la ventana. Abro un poquito los ojos y veo a Blas
encima de mí dándome pequeños besitos. Espera… ¿Qué hace aquí Blas?
-Buenos días princesa.
-Mm… -sonrío. -¿Qué haces aquí?
-Darte los buenos días, ¿no lo
ves?
-Y tanto que son buenos días
–digo sonriendo. –Me refiero a que haces en casa de Marina despertándome.
-Pues Marina se tenía que hacer
unos recados y me he venido contigo.
-Oh, que mono mi niño –le digo
dándole un beso. Él seguía encima de mí. Se separa y me mira con una sonrisa.
Lleva puesta una camiseta blanca de manga corta y unos vaqueros, sencillo, pero
sexy. Sonrío por mis pensamientos. Le agarro de la camiseta y lo atraigo hacia
mí besándolo de nuevo. Me besa con pasión. Lo tumbo y me coloco encima de él.
Levantarse excitada no es bueno si tienes a la persona que lo provoca al lado.
Le beso el cuello y sonrío al llegar al chupetón.
-Marta… para… -sonrío y él
aprovecha ese momento para ponerse encima de mí. –No deberías hacer eso.
-¿Por qué? –le digo con una
sonrisa pícara.
-Porque me he prometido
autocontrolarme cuando te tenga delante pero así es imposible –me dice, y
después me besa. –Vamos a desayunar algo y salimos a dar una vuelta, ¿te
parece?
-Mm… vaaaale… -digo. La verdad es
que tengo bastante hambre, y quiero conocer un poquito Murcia. Y que mejor guía
que él. Aunque… sigo excitada. Y Blas sigue encima de mí mirándome con esos
ojos tan aalkjmñ y… Vale, Marta, tranquila.
-Blas, mi amor, o te quitas de
encima o no soy responsable de mis actos.
Se ríe y de un salto se pone de
pie. Le sonrío y me levanto. Duermo siempre con una camiseta ancha y un culote
de chándal muy cortito. Me mira de arriba abajo y se muerde el labio. Dios, Yo
muero. Al final acabaré violándolo.
Vamos los dos a la cocina y voy
abriendo los cajones hasta que encuentro las cosas del desayuno.
-¿Tú has desayunado? –le
pregunto.
-No…
-¡Pues venga! Quiero conocer un
poquito esto –le digo preparándome una tostada con nocilla y dándole un
mordisco. Blas también cogió el tarro de la nocilla, pero cuando fue a untarla…
cogió el dedo y me mancho el moflete. Malvado. Él rió y me dio un beso,
limpiándome. Pero esto no va a quedar así. Se va a enterar.
****************************
Hoooli! Bueno, quería daros las gracias a todos los que me leeis. Sé que soy muy pesada con eso, pero de verdad, es importante para mí, y cada vez que me llega una mención diciéndome que os encanta la novela y que queréis que os avise cuando suba capítulo pues... me alegra muchísimo, de verdad, no os imagináis cuanto, y me anima a seguir escribiendo.
Quiero que comentéis en los capítulos, por aquí o por twitter, decidme que es lo que más o menos os gusta, lo que podría mejorar... no sé, esas cosas :)
Ah, estoy pensando en hacer como una encuesta sobre la novela... que me decis? Os animariais a contestar?
Bueno, espero que os haya gustado el capítulo y que me sigáis leyendo. Os quiamoo!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario