domingo, 17 de noviembre de 2013

"My own dreams" Capítulo 17


*Narra Marina*

Abro los ojos poco a poco. Estoy boca abajo abrazada a Carlos, con una pierna encima suyo. Sonrío inconscientemente. Es tan mono cuando duerme… me aparto con cuidado de él y miro la hora. ¡Las 9! ¡Joder! Como lo vea Marta… Zarandeo un poco a Carlos susurrando su nombre. Abre los ojos y me ve.

-Va, levanta dormilón, que Marta debe estar a punto de llegar.

-¿Qué hora es?

-Las nueve.

-Mm… Cinco minutitos más…

-No, venga. Como Marta te pille aquí así nos canea a los dos. Vístete, va, cuando salga del baño te quiero ver preparado –le digo dándole un beso. Cojo mi ropa y me metí al baño a darme una ducha.

 

*Narra Carlos*

Me levante medio adormilado. Si es que esta chica… Me vestí y fui a la cocina, tenía bastante hambre. Estaba seguro de que tenía que tener chocolate en algún lado… Encontré un paquete de galletas príncipe de doble chocolate y cogí una. De repente, oí como la puerta se abría y se cerraba con mucho cuidado. Me pegué todo lo que pude a la pared. Sólo podía ser Marta. Paso por delante de la cocina y no me vio… hasta que entró en ella.

 

*Narrador omnisciente*

-¿Carlos?

-Em… ¿Hola?

-¿Qué haces aquí?

-Pues… -no se le ocurría nada, así que dijo lo primero que se le ocurrió –comer galletas.

-Ya… eso mismo… no tienes nada mejor que hacer que venir a comer galletas a las nueve de la mañana y con la camiseta al revés… -dijo Marta cruzándose de brazos. Carlos se puso colorado al ver que de verdad llevaba la camiseta al revés. Lo de levantarse pronto...

-Oye, ese vestido te queda muy bien, sí… -no sabía que decir para salir de esta. Para salvación de este entró Marina.

-¡Martus! Ya estás aquí…

-No, soy un fantasma… -dijo poniendo una cara rara. -¿Qué hace Carlos aquí? –dijo levantando las cejas.

-Em… yo ya me iba…

-Cómo huyes… -dice Marta riéndose. –Sí, sí, vete, que tengo que hablar con Marina…

-Yo… eh… ¿Y tú qué haces llegando a estas horas? –dice Marina en un intento de cambiar de tema.

-Bueno… adiós. Ya hablaremos –dice Carlos cogiendo su chaqueta del salón y yéndose hacia la puerta.

-Adiós –dice Marina cantarina, sonriendo mientras movía la mano.

-Adiós rubio, ya hablaremos tú y yo… -dice Marta rasgando los ojos, pero sonreía. Carlos se fue y se quedaron las dos amigas solas.

-Bueno, yo me voy a… recoger la casa… porque hoy llegan mis padres y… -dice Marina intentando irse, pero Marta la coge de la mano y la sienta en el sofá.

-¿Qué hacía Carlos aquí?

-Pues… venía a verte, pero como no estabas pues ya se iba…

-Claaaaaro… por eso me había dicho que había venido a comer galletas… a las 9 de la mañana…  -Marina se ríe.

-Que mono, a comer galletas dice… -seguía con una risita tonta.

-¡Qué guarrilla! ¡Qué has pillao’ cacho! ¡Y con el rubio!

-Bueeeeeeno…

-¡Pero qué fuerte! O sea, hace un par de días me decías que era un borde y un creído, ¡y hoy te lo tiras! I’m fleeping… Si ya decía yo que los que se peleaban de deseaban, pero de qué forma…

-Capulla… pues sí, resulta que empezamos a hablar, y es un amor, no sé… surgió así… no tenemos nada serio, no me quiero enamorar… ¿Qué dijo que éramos? Ah, sí, follamigos.

-¿En serio? ¿Follamigos? –dice Marta incrédula soltando una risilla.

-Pues sí, ya te he dicho que no me quiero enamorar, pero el chico me atrae… Bueno, ¿y tú que, eh pillina? ¿Cómo es que llegas a estas horas?

-Dormí en casa de Blas.

-A mi me da que hicisteis de todo menos dormir…

.¿Qué insinúas?

-Coño, que follasteis, ¡más claro agua!

-¡Ala que fina! Pues no, no follamos.

-¿Ah no? –dice marina un poco sorprendida.

-No –Marta hace una pausa –hicimos el amor.

-¡Oooh! ¡Lo sabía! ¡Qué bonico madre! ¿Y qué tal estas después de eso?

-Pues muy bien, no sé cómo quieres que esté.

-¡Cuéntamelo todo! –dice Marina muy ilusionada. Su amiga le contó todo lo que había pasado anoche y Marina hizo lo mismo. Empezaron a gritar como locas, alegrándose la una por la otra. Qué felicidad, oye. De repente, suena el móvil de Marta.

 

*Narra Marta*

-¿Sí?

-¡Feii! ¡Qué nos vamos a Madrid!

-¿Qué?

-¡Que nos han cogido!

-¿Qué qué?

-Joder, sorda, que nos han dado la beca de periodismo a las dos, ¡que nos vamos a estudiar a Madrid!

-Me estás vacilando…

-Marta, no estoy gastando el dinero en llamarte para gastarte una broma.

-¡AAAAAH! ¡¡QUÉ FUERTEEE!!

-¡Sí! Estoy super feliz… Tía, que además nos vamos las dos, que ldiwjodisjd.

-Gloria, te amo, ¿lo sabías?

-Lo sé cariño, algo me habían comentado… -ríe. –Bueno, ¡cuéntame que tal por allí!

-Pf… muchas novedades… ya os contaré cuando llegue…

-Genial, porque nos vamos la semana que viene.

-¿Cómo? ¿Tan pronto?

-Sí tía, me ha llegado la carta ahora.

-Bueno, pues bien… cielo, te tengo que dejar, ¡gracias por llamarme Glo!

-A ti amor. Un besito.

-Muak –colgué. Estaba feliz. Llevaba tiempo intentando conseguir alguna beca para estudiar periodismo, y por fin me la han dado.

-¡Marinus! ¡Que me han dado la beca! ¡Que me voy a Madrid a estudiar!

-¡Aw! ¡Pero eso es genial! Me alegro muchísimo por ti, te lo mereces amor –dice dándome un abrazo.

-¡Gracias! Ains, estoy super feliz. No sabes lo que he luchado por esa beca. Además no voy sola, voy con una amiga.

-¡Pues entonces mejor que mejor! –de pronto, se escuchó el ruido de las llaves abriendo la puerta de la casa.

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