lunes, 11 de noviembre de 2013

"My own dreams" Capítulo 15


*Narra Marina*

Marta y Blas se fueron y yo me tumbé en el sofá con el móvil en la mano. Abrí conversación con Carlos, me apetecía hablar con él.

Yo: Feo :p

Carlos: Guapa!

Yo: Que tal??

Carlos: Bien, como siempre, y tu?

Yo: Aburrida en casa

Carlos: Y eso? No tienes a Marta?

Yo: Nop, se ha ido a cenar con Blas… No creo que venga a dormir ;) xD

Carlos: Uoo… aquí hay tema… pero vamos xD

Yo: Ya te digo… jajaja

Carlos: Oye, tú no vives en _______?

Yo: Sí, por?

Carlos: Esq tienes algo en la puerta.

Yo: Eh???

Carlos: Tú abre la puerta.

Le hago caso y voy hacia la puerta. La abro y me lo encuentro ahí, con una sonrisa perfecta.

-¡Hola!

-¿Pero qué haces aquí?

-Bueno, si te vas a alegrar tanto ya me voy…

-¡No! –digo dándole un abrazo –pasa anda. –Los dos pasamos al salón y nos sentamos en el sofá.

-¿Por qué has venido a verme?

-Pues… si te digo la verdad no lo sé ni yo. Fue un impulso. Me enteré de donde vivías y bueno… vine aquí. No sé, es raro… quería verte –me dice mientras le miro con una sonrisa. Que mono que era, jo. No sé muy bien cómo ni por qué pero le bese, y él me siguió el beso.

-Yo… eh… ha sido un impulso y… -no me dejó terminar cuando junto sus labios con los míos. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué tenía ganas de él? Me puse encima suyo y comencé a quitarle la chaqueta. Él metió sus manos por dentro de mi camiseta y no tardó en quitármela, yo hice lo mismo con la suya.

-Vamos a mi habitación –dije como pude. Le dejé levantarse. Di un pequeño salto y me subí encima de él, rodeándole la cintura con las piernas. Él me cogió del culo para que no me cayera y llegamos fácilmente a la habitación. Me baje y le tiré encima de mi cama y sonreí pícaramente. Yo en realidad no era así, pero no sé, lo necesitaba, me gustaba mucho. Di un salto y me puse encima de él comiéndole la boca. Seguí besándolo mientras acariciaba su abdomen y bajaba hasta el cinturón. Empecé a jugar con este, hasta que se lo desaté y le acaricié el borde de su bóxer. Carlos gimió en mi oído, lo que hizo que me excitara bastante. Él se puso encima de mí y me deshice de sus pantalones, y él de los míos también.

-Eres muy mala –me dijo al oído, y yo reí. –Ahora me toca jugar a mí –dijo dándome un mordisco en el cuello. No pude evitar gemir, él sonreía. Empezó a acariciarme suavemente, cuando de repente caí en una cosa. ¡El preservativo! Me coloqué encima de él y me quedé quieta.

-¿Qué pasa?

-¿Tienes preservativos?

-¡Ostia!

-Un segundo –dije levantándome y abriendo el cajón donde tenía la ropa interior. Busqué una cajita, saqué uno y se lo lancé.

-¿Tienes condones en tu habitación?

-Sí, ¿tú no?

-Pues… no…

-Pues muy mal. Nunca se sabe cuándo puede surgir la necesidad –le digo volviéndome a poner encima de él y besándolo. Nos deshicimos de la ropa interior que llevábamos. Carlos se colocó el preservativo y entró en mí, una y otra vez. Adoraba esa sensación. ¿Pero que me estaba pasando? No lo sé, pero solo quería disfrutar de aquello. Llegamos hasta el final y él se echó a mi lado. Me giré hacia él, apoyando la cabeza en mi mano.

-¿Y ahora qué se supone que tenemos? –él se giró hacia mí y se quedó en la misma postura que yo.

-Pues no lo sé… lo que tú quieras que tengamos. Mientras tú seas feliz… -le besé.

-No seas así.

-Así… ¿cómo?

-Así de cookie, de mono, de perfecto. Porque al final terminarás enamorándome y no quiero. No quiero sufrir por amor, por distancia. ¿Me entiendes?

-Perfectamente. Entonces somos… ¿follamigos?

-Podríamos llamarlo así, sí.

-Genial –dice besándome. Me acurruqué en su pecho y sin darme cuenta me quedé dormida.

 

*Narra Álvaro*

Estaba nervioso. Calentábamos la voz, soltábamos tensiones… pero yo no podía. Uf… Se hizo la hora de salir al escenario. Me prometí que lo tenía que hacer bien, como siempre, sin importarme nada. Olvidándome de todo y centrándome en mi guión. Y cuando fui a salir… la vi. Allí, abrazada a él. Se me paró el corazón. Fueron escasos segundos los que me quedé mirándola, pues me empujaron para salir al escenario. Tenía que actuar. Intenté no desviar la mirada hacia ella, pero ida demasiado guapa. Realmente ese chico tiene suerte de tenerla. Lo hice lo mejor que pude, aunque me equivoqué en u n par de frases, espero que no se notase. Al acabar la función, todo el mundo se levantó a aplaudirnos. Eran estos momentos los que me llenaban, en los que veía la recompensa de mi trabajo. Aunque esta vez hubiese fallado un poco. Ella también se levanto. Vi que me miraba, y cuando la miré, apartó la vista rápidamente, evitándome. En parte, es normal. Pero espero volver a hablar con ella.

Ya dentro nos felicitamos por nuestro trabajo, nos vestimos y nos fuimos. Todos querían ir a cenar por ahí, pero yo no tenía ganas. Aún así me insistieron, y por no quedar mal, fui. Comimos en el burger más cercano, para qué complicaros la vida si en el hotel había bufé libre…

Comimos entre risas. Mis compañeros me hacían sentir bien. Pero no podía dejar de pensar el ella. Joder, ¿por qué tiene que ser todo tan complicado? Ella tiene novio. Y yo tengo que viajar continuamente, no tengo tiempo para enamorarme. Quizás solo es atracción, como dice ella. Sí, será eso. Ellos se van al hotel, pero yo me quedo dando una vuelta. Meto mis manos en los bolsillos delanteros y camino pensativo mirando al suelo. De repente, oigo unos sollozos. Y luego se convierten en risas. Y de nuevo en sollozos. Eso solo puede ser alguien borracho. Giro la esquina y me encuentro a una chica sentada en el suelo con unas pintas horribles y todo el maquillaje corrido. La miro detenidamente.

-¿Qué miras?

-A ti. ¿Qué te pasa?

-Nada, déjame –dice acurrucándose entre sus piernas. Me agacho y me quedo de cuclillas a su altura.

-¡Que te he dicho que me dejes, joder!

-No pienso dejarte en este estado hasta que me digas que te pasa.

-¿Y por qué piensas que te lo voy a contar?

-Pues no sé, ¿porque soy la única persona que se ha parado a preguntarte o a ofrecerte ayuda?

-¿Para qué me vas a ayudar? No tengo ayuda, ni remedio.

-Todo tiene solución –le digo sentándome a su lado. La miro de nievo y ella me mira. Sus ojos negros se clavan en los míos. En realidad, la chica es atractiva. –Cuéntame.

-De verdad, no te interesa, no quiero…

-Cuéntamelo.

-Pues…


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Hoolii! No me matéis por hacerlo cortito porfii ;3 Aviso que no subiré capítulo tan diariamente porque empiezo ya con los exámenes y tengo que estudiar, ya sabeis... así que bueno, era para deciros eso y que GRACIAS POR LAS CASI 4000 VISITAS! I'm fleeping... jajaa no se como lo hago que siempre acabo dándo las gracias... jajajaa bueno, pues eso, muchos besitos, os quiero, etc etc. MUAAK!

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