sábado, 2 de noviembre de 2013

"My own dreams" Capítulo 10


Se va a enterar. Le arrebato la nocilla y cojo con el dedo bastante. Me mira con cara de “¿Qué vas a  hacer?” y río. Le unto un poco por el cuello y voy besándolo quitándole lo que le había puesto. Le mancho también la nariz y los labios. Le doy un dulce beso (dulce en los dos sentidos, muejee) pero le dejo con los labios manchados. Me levanto y me chupo el dedo para limpiármelo, mientras le miro divertida.

-¿No piensas limpiarme?

-No… -digo mientras suelto una risilla.

-¿Sabes que quiero hacer ahora? –le mire con cara de que no, -pues quiero darte un beso –dice levantándose y viniendo hacia mí.

-Oh, no… -digo yo empezando a correr por la cocina.

-Sí, sí… ven aquí pequeña…

-¡¡Noo!! –grité mientras corría y gritaba. Pero él fue más rápido que yo y en un despiste mío me empotró contra la pared y me besó. Un beso con sabor a nocilla. Mm… Sonreí en medio del beso. Estábamos los dos excitados. Me subió a la mesa y comenzó a acariciarme. Yo metí mis manos por debajo de su camiseta, acariciando su abdomen, cuando oímos el ruido de la puerta.

-Puta Marina… -digo mientras me colocaba bien el pijama y me terminaba el desayuno.

-Sí… la próxima vez vienes a desayunar a mi casa, y así no nos quedamos con el calentón.

-Ah, ¿y quién te dice que me haya quedado yo con el calentón? –le dije con una sonrisa traviesa. Me iba a contestar cuando entró Marina efusiva por la puerta.

-Buenísimos días pequeñas langostas –dijo dándonos un beso a cada uno y dejando la compra en la encimera. –Qué calorcito hace ya, madre mía… voy a ducharme. Aviso, no quiero oír ruidos raros. Tardo cinco minutueles. ¡Os quiamo! –dijo yéndose toda feliz y canturreando una canción. Qué elementa… Miré a Blas.

-¿De qué estábamos hablando? –dije indiferente.

-De que a mi sí que me has dejado con el calentón, y sé que tu también excitada –me dice guiñándome el ojo y dejando su vaso en el fregadero.

-Eso no lo sabes tú…

-Claro que lo sé señorita –me dijo colocándose detrás de mí y acariciándome el brazo. –Lo sé muy bien. No sabes mentir –me susurró al oído y, tras eso, se fue. Capullo… como lo amaba, oog. Y sí, me había dejado muy… ais, jo. Recojo la mesa y voy al salón. Marina ya estaba lista, y hablaba con Blas.

-Me voy a duchar, me visto, y damos un voltio por ahí. Marina, agárramelo que este se me cuela en la ducha y me viola –las dos reímos, y Blas soltó una pequeña sonrisilla.

-Yo te lo vigilo, dúchate tranquila.

-Graaciaaas! –digo mandando un besito al aire y yéndome a la ducha. Cogí unos pantalones de corte francés azul claro y una camiseta básica de tirantes negra. Dejé que el agua cayese sobre mí, mojándome de arriba abajo y relajando todos los músculos de mi cuerpo, que seguían tensos por lo que antes casi llega a pasar.

Salgo, me seco, me visto y me echo espuma en el pelo para que se me quede rizado y me recojo los mechones más cercanos a la cara hacia arriba con dos horquillas. Me pinto un poquito la raya por arriba para realzar el ojo y lista. Voy a la habitación, me pongo mis vans negras y salgo al salón.

-Por fi, ¡tardona! –me dice Marina.

-Eh, una necesita su tiempo ¿vale?

-Pues si necesitas todo ese tiempo para luego aparecer así yo te lo doy sin problemas –dijo Blas con cara pervertida mirándome de arriba abajo. Yo le saqué la lengua, cogí mi móvil y salimos de casa.

La verdad es que Murcia me sorprendió para bien. No la recordaba tan bonita. Pasamos por nuestro parque. Enseguida lo reconocí. Aquel que me había dado a las dos personas más importantes para mí. No pude evitar abrazarlos. Yo es que soy muy efusiva, y casi los tiro al suelo.

Seguimos caminando y visitando un poco la ciudad, hasta que me acordé que no les había dicho nada a mis padres. ¡Qué fallo! Los llamé rápidamente. No tardaron en cogérmelo.

-Mamá, lo siento por no haber llamado, de verdad.

-Ya te vale…

-Es que me reencontré con Marina y Blas después de tanto tiempo y bueno… se me fue el santo al cielo, lo siento.

-Yo ya me lo imaginaba hija, tranquila. Aunque tenías a tu padre temiéndose lo peor… ya sabes cómo es.

-Ya…

-Bueno, ¿has conseguido alojamiento?

-Sí, la tozuda de Marina se empeño en que me fuera a su casa, así que allí estoy.

-Bueno… dales un besito a sus padres de nuestra parte.

-Vale mami. Me voy que estoy dando una vuelta con ellos. Un besito.

-Un besito. Y ten cuidado.

-Que sí, tranquilos. Os quiero –colgué. Me salió el registro de llamadas y ve que anoche me llamó Carlos. ¿Pero cuándo, si yo no hablé con él?

-Marina, cariño, ¿ayer me llamo alguien?

Sí… -dijo agachando la cabeza. –Se me había olvidado decírtelo. Cuando te quedaste dormida llamó un tal Carlos que por cierto no me cae nada bien, y para que no te despertaras lo cogí. Lo siento.

-No pasa nada. Ya llamará si quiere algo.

Mire los WhatsApp que tenía. La madre que las parió. Tenía como unos 800 mensajes de un grupo que tenía con mis amigas de Zaragoza. Bloqueé el móvil. Ya hablaría más tarde con ellas.

Volvimos a casa. Blas quería que me fuera con él, pero estaban sus padres, y además Marina me dijo de pasar la tarde con ella, así que nos despedimos de él, Marina con dos besos y yo con un largo beso, hasta que ella nos aparto y empezó a decir “Que corra el aire que Martus es mía” Y cosas así. La amo mucho. Subimos a casa y ella se empeño en hacer la comida, por lo que me senté en el sofá a mirar los was. Si tenía que leer todos estaba perdida… miré las conversaciones y hubo una que me llamó mucho la atención…


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Y aquí esta mi ragalo! Gracias por subir las visitas. La verdad es que cuando he visto que en total tenia casi 1300 visitas me he quedado muy loquis... jajajaa GRACIAS!!!
Por favor, comentad y decidme que os parece :)
OOOSSS LOOOOF!

2 comentarios:

  1. Dios es genial! Pero me has dejado con la intriga!! Jajjaja

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    1. jjajajaja me alegro de que te guste :) En eso consiste, en que te quedes con ganas de leer más y esperes el siguiente capi :) Jajaja
      Gracias por leer! Un besito!
      pd: Siquieres que te avise por twitter dimelo :)

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