Vale, I know, hace mucho que no subo capi, pero esque he estado de exámenes y super extresada... últimamente me falta inspiración, así que no me peguéis si el capi es muy corto o algo...
Otra cosa, se me ha borrado la lista con la gente a la que avisaba cuando subía capi, así que si me olvido de alguien LO SIENTOO!! De todas formas decídmelo por twitter si eso :)
Y nada, espero que os guste. A mi no me termina de gustar pero lo que importa es vuestra opinión, no la mia, así que... a leer!
*Narra Carlos*
Camino solitario por las calles
de Murcia. Las manos en los bolsillos y una sonrisa en la cara. No sé qué me
pasa, pero solo pienso en ella. Suspiro y entro en una cafetería. Al final con
la llegada de Marta no he comido nada… ¡Y tengo hambre! Me siento en una de las
mesas y una camarera me atiende.
-Buenos días, ¿qué desea tomar?
-Hola –digo mirándola. Qué chica
más guapa… -Un cola cao y una napolitana de chocolate. Para adelgazar y eso... –la
chica se ríe. Tiene una risa muy dulce, me gusta escucharla.
-Está bien, ahora se lo traigo –dice
apuntándolo y girándose para irse. Pero ODIO que me traten de usted.
-Oye –digo, y ella se gira. –No me
trates de usted por favor, que tampoco soy tan viejo –la chica vuelve a reírse y
se va. Cojo mi móvil y empiezo a juguetear con él. Le mando un wa a marina
diciendo que espero que siga viva tras haber hablado con Marta. Es que me da
miedito cuando se pone así, jo… Nah, es
buena chica. Llega de nuevo esta chica y me sirve el desayuno, poniéndome la
cuenta también. Me lo tomo con tranquilidad, no tengo prisa. Veo que esta no me
quita el ojo de encima. Sonríe constantemente, mientras atiende a las pocas
mesas ocupadas. Río para mis adentros. La chica es muy guapa, pero ya tengo a
Marina. Otro suspiro inconsciente sale de mí. ¿Por qué cada vez que pienso en
ella suspiro? No quiero enamorarme… y ella tampoco… Pero… Joder… Pago y salgo
de aquel local. Sinceramente no sé qué me pasa. Mas bien no quiero saberlo. Mañana
me voy de aquí…
*Narra Marina*
La puerta de casa se abre y un “¡Ya
estamos aquí!” se escucha. Mis padres. Noto que marta se pone nerviosa, y la
intento tranquilizar.
-Hija, que sé que no nos has
echado de menos, pero al menos podrías salir a saludar –dice mi madre cargando
una maleta.
-Hola mami –digo dándole un
abrazo. Al segundo le abrazo a él también. Miran a Martus. Está no se atreve a
decir nada. Parece mentira que para unas cosas sea super abierta y que no se
atreva ni a presentarse a mis padres…
-Bueno, mamá, papá, esta es
Martus.
-¿Marta? ¿Eres tú? ¿Pero qué
haces por aquí? –dice mi madre dándole un abrazo. Veo que Marta suspira
aliviada y le hago un gesto de complicidad. Le da dos besos a mi padre.
-Pues que no quería que Marina se
hiciera adulta y no estar yo aquí para verlo, así que me he venido esta semana
para recuperar el tiempo perdido.
-¡Pero qué bien! ¿Y los papás?
-En… Zaragoza. Me he venido sola,
ellos me han dejado.
-Anda… y... dónde…
-Se queda aquí mamá –digo antes
de que meta la pata. Que yo la quiero mucho, pero es una bocazas.
-Ah, pues por mi ningún problema…
-dice mirando a mi padre.
-Ni por mí, encantados de que te
quedes –dice sonriendo. Ais, cuanto los quiero.
-Muchas gracias –dice ella
sonriendo aliviada.
-Bueno, ¿y habéis ido a ver a
Blas no? –salta mi madre. Yo empiezo a reírme y Marta se pone roja como un
tomate, mientras se ríe también. -¿He dicho algo malo?
-No… -digo sin parar de reírme –es
que…
-Que sí que lo hemos visto, que
es muy majo, me ha hecho mucha ilusión verle.
Yo no puedo más y me tiro al
suelo de la risa. Puta Martus, y tanta ilusión que le ha hecho… Marta se
empieza a descojonar de mí, y mis padres me miran incrédulos, en plan: ¿esta
chica es tonta o peina calvos? Ai, que risa… Mis padres se van mientras le
desean suerte a Marta, y yo me voy calmando poco a poco. Me levanto y esta me
da una colleja.
-Eh
-Gilipollas, ¿Por qué te ríes
tanto? ¡No hace tanta gracia!
-Sí sí, pero que te ha hecho más
ilusión de la que dices… -otra colleja que me da. Me maltrata, ashudenme.
-Vete un rato por ahí, que si
empezamos con esas yo también tengo…
-Vale, vale, ya me callo, pero no
me maltrates, jo… -digo poniendo cara de cachorrito.
-Mira que eres tonta… -dice
negando con la cabeza y dándome un abrazo. La quiero más… la necesitaba a mi
lado.
*Narra Paula*
Recojo mis últimas cosas, meto el
dinero en la mochila y salgo de aquella “cárcel”. No he dormido en toda la
noche. Estuve pensando en lo que me dijo Álvaro y tiene razón. Debo salir de
aquí cuanto antes. No tengo dónde ir, pero me da igual, me alejaré todo lo que
pueda. Salgo corriendo en ninguna dirección, simplemente corro. Como Forest
Gump. Cuando estoy suficientemente alejada y fatigada, llamo a Álvaro.
-¿Sí?
¿Álvaro? Soy Paula.
-Ah, hola –dice medio adormilado.
-¿Qué pasa?
-Me he ido.
-¿El qué?
-Eso, que te he hecho caso, me he
ido de allí. Ahora mismo no sé donde estoy, pero te necesito, no sé a dónde ir.
-¿Cómo que no sabes dónde estás?
Dame una dirección aproximada que voy a por ti.
-Pues… poco más allá de salir de
la ciudad, dirección Alicante.
-Vale, espérame allí –y cuelga.
Suspiro y me siento en la carretera. Diez minutos más tarde, noto unas manos
que me acarician por detrás.
*Narra Álvaro*
No imaginé que fuera tan valiente
y que se fuera de allí. Me pongo unos vaqueros y una sudadera encima de la
camiseta del pijama y le cojo a mi compañero las llaves del coche que hemos
alquilado para desplazarnos por la ciudad. Voy dirección hacia donde me ha
dicho y allí la veo, sentada en el borde de la carretera medio dormida.
Indefensa. Como la primera vez que la vi. Me acerco por detrás y le acaricio
los brazos.
-¿Ha llamado usted al servicio de
rescate? –le digo, y ella se ríe.
-Sí, pero ha tardado mucho en
venir y pensaba irme ya… -dice tras levantarse sonriéndome. –Gracias por venir –me
da un abrazo.
-No las des. Venga, vámonos –nos montamos
en el coche y pongo rumbo al hotel de nuevo. No hablamos apenas, solo se
escucha la radio de fondo. Suena “We are Young”, de Fun. Paula sonríe y empieza
a tararearla. Subo el volumen y me mira sonriendo. Comienzo a cantar con ella. Es
un momento… especial. Llegamos al hotel y subimos a la habitación. Perfecto, mi
compañero no está. Mejor. Me quito la sudadera y le digo a Paula que deje su mochila
donde pueda.
-¿No tienes más cosas? –le pregunto.
-Digamos que solo tenía para
subsistir y que mi “novio” me cambiaba la ropa con las putas con las que lo
hacía cada noche. Esto es lo que me queda mío.
-No sé cómo has aguantado, en serio…
-Ni yo… pero bueno…
Busco una camiseta de la maleta y
me quito la del pijama. Paula no me quita el ojo de encima.
-¿Qué?
-¿Qué haces?
-Ponerme una camiseta que no sea
la del pijama.
-Ah, pues tú sigue… -se muerde el
labio.
-¿Por qué? ¿Te pongo?
-Hombre, bueno estás… -dice
acercándose a mí.
-¿Ah sí?
-Sí. Mucho –está delante de mí.
-Pues lo siento, pero tengo
hambre, yo me bajo a desayunar –digo escabulléndome como puedo. Me pongo la
camiseta y me peino un poco con la mano.
-Imbécil…
-Lo siento Paula, pero yo no…
-Tranquilo –me interrumpe. –Me quedo
aquí durmiendo si no te importa, tengo mucho sueño.
-Claro, descansa. Vuelvo dentro
de nada. Ah, si quieres algo, en el minibar hay comida, coge lo que quieras.
-Está bien, gracias.
-Bueno… adiós –digo saliendo de
la habitación. Me apoyo en la pared y suspiro. No sé si he hecho bien o no en
salvar a esta chica. Pero no quiero que sufra más, y si se pilla por mí yo…
sigo enamorado de Marta.
Me gusta tu novela. A si que te e nominado para los Premio Liebster Awards. Enhorabuena. Me gustaria que tambien me nominases a mi :). Esta es mi nove miscincoheroes.blogspot.com
ResponderEliminarBesitos.
Martuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuus te he nominado a un liebster award e.e
ResponderEliminarhttp://doyouwannamakemyday.blogspot.com.es/2013/12/cuatro-nominaciones-liebster-award.html
te he nominado a los premios Liebster award http://vivir1900historiasatulado.blogspot.com.es/?m=1
ResponderEliminar